viernes, 7 de febrero de 2014

Estudio sugiere que hay temores equivocados sobre los partos prolongados

Foto: www.moondragon.org
La anestesia epidural alenta la segunda etapa del trabajo de parto, en la que la mujer puja. Sin embargo, un estudio publicado el miércoles ha encontrado que las epidurales están asociadas con una segunda etapa de parto aún más larga de lo que generalmente se reconoce, sugiriendo que las mujeres podrían estar sujetas a intervenciones innecesarias realizadas por doctores que equivocadamente temen que la labor de parto se ha prolongado demasiado. 

El descubrimiento indica que "médicos tal vez necesiten esperar un poco antes de intervenir con oxitocina, fórceps, ventosas o una cesárea", dijo la Dra. S. Katherine Laughon, investigadora de Institutos Nacionales de Salud, quien no estuvo involucrada en el estudio que fue publicado en el "Green Journal" de Obstetricia y Ginecología. Sin embargo, añadió "personal de salud y mujeres necesitan poner en la balanza los beneficios de un parto vaginal con el potencial incremento de riesgo para la mamá y el bebé".

Las guías actuales de Congreso Americano de Ginecólogos y Obstetras (ACOG, por sus siglas en inglés), definen una segunda etapa de parto como "anormal" cuando ya han pasado más de tres horas desde que la mujer recibió la epidural y está dando a luz por primera vez, y más de dos horas para partos sin epidural. 

El nuevo estudio sugiere que el tiempo normal en esta etapa puede llegar a ser de 5.6 horas para las mujeres que tuvieron epidural durante su primer parto, y de 3.3 horas para quienes no la recibieron. 

Para las mujeres que han dado a luz previamente, las guías definen como inusual la segunda etapa de parto que lleva dos horas con la epidural y una hora sin la anestesia. El nuevo estudio descubrió que para estas mujeres, la labor de parto en este punto puede ser de 4.25 horas y 1.35 horas, respectivamente.

"Este documento es muy importante, y el ACOG necesita actualiza sus guías del 2003", afirmó el Dr. Robert L. Barbieri, director de obstetricia y ginecología en Brigham and Women's en Boston, quien no estuvo involucrado en el nuevo estudio. Y añadió "Cambiaré mi práctica y me sentiré más cómodo atravesando esas cinco horas y media en un primer parto con epidural mediante un tranquilizador monitoreo fetal".

Investigadores en la Universidad de Californa, en San Francisco, analizaron los expedientes de 42 mil 268 mujeres que parieron de manera vaginal sin problemas entre los años 1976 y 2008. Aproximadamente la mitad tuvieron anestesia epidural. 

Los investigadores compararon el tiempo promedio de la segunda etapa de la labor  entre las mujeres que recibieron epidural y aquellas que no lo hicieron. También compararon los tiempos máximos de ambos grupos.

Descubrieron que el 31% de las primigestas y el 19% de quienes ya habían tenido hijos anteriormente, estarían clasificadas como trabajos de parto anormales de acuerdo con la definición actual del ACOG. 

"Es tiempo de reexaminar qué es normal y qué no, y revisar nuestras guías basadas en la población obstétrica moderna", mencionó la Dra. Yvonne W. Cheng, directora del estudio y profesora asociada de obstetricia y ginecología en la Universidad de California, San Francisco. 

La investigación es parte de una creciente serie de evidencias que sugieren que una segunda etapa en la labor de parto normal es más larga de lo que era décadas atrás. En 2010, un estudio de más de 62 mil mujeres descubrió que era de hasta 3.6 horas para madres primerizas que recibieron epidural y 2.8 horas para las que no la recibieron. 

Un resumen sobre un encuentro entre el ACOG e Institutos Nacionales de Salud, realizado en 2012, concluyó que el tiempo adecuado para cada etapa del trabajo de parto "parecía prolongarse más de lo tradicionalmente calculado". Para la segunda etapa, estaba más cerca de las cuatro horas para madres primerizas con epidural, y tres horas para mujeres sin anestesia. 

Pero este último estudio es el primero en sugerir que una segunda etapa de trabajo de parto tan extendida puede ser habitual.

"Uno de los mensajes de este estudio es, mantén quietas tus manos un poco más, no te apresures a un parto vaginal instrumentalizado o a una cesárea, porque todo puede estar perfectamente bien", mencionó la doctora Barbara Leighton, profesora de anestesiología en la Escuela de Medicina de St. Louis, en la  Universidad de Washington, quien ha investigado los efectos de la epidural en el trabajo de parto.

Pero mientras la doctora Leighton apoya la revisión de las recomendaciones de la ACOG, ella cree que el estudio actual no prueba que un trabajo de parto prolongado sea a causa de la anestesia epidural. Las mujeres que piden la anestesia pueden estar predispuestas a una labor más larga por otras razones, menciona.

El Dr. Jeffrey Ecker, director del comité de práctica obstétrica del ACOG, afirma que los doctores actuales están "reconociendo cada vez más que pueden haber resultados saludables y partos vaginales de bebés saludables cuando la segunda etapa se extiende más allá de lo que tradicionalmente se ha definido". 

Ecker añadió que "generalmente, lo que es mejor y más apropiado -y más difícil- durante la labor de parto es la paciencia". No aseguró que una revisión de las guías esté en proceso.

La paciencia durante el trabajo de parto no está libre de riesgos. Un nuevo estudio descubrió que los bebés son más propensos a tener un trauma como un moretón en la cabeza o una fractura de clavícula después de una prologada segunda etapa de trabajo de parto. Pero estos infantes no tuvieron calificaciones más bajas en los exámenes diseñados para medir la salud física en neonatos, así como tampoco experimentaron mayores ingresos a cuidados intensivos. 

El riesgo de heridas perineales y hemorragia postparto fueron mayores en mujeres que experimentaron una segunda etapa de labor de parto más larga, tanto en la definición del ACOG como en los tiempos máximos señalados como normales en el reciente estudio.

Mientras que la doctora Laughon aplaude el gran número de participantes en el estudio, alertó que "están diciendo que debemos esperar más, pero aún no sabemos si eso es seguro".

Mucho a cambiado desde 1950, cuando las normas para el  progreso de la labor de parto fueron establecidas. En ese entonces, más bebés fueron recibidos por medio de fórceps y el monitoreo fetal continuo no era utilizado. 

"Estamos haciendo menos intervenciones para facilitar una segunda etapa más corta, y estamos dejando que el poder del útero y el pujo de la madre determinen el tiempo de la segunda etapa", puntializó el doctor Barbieri.


Texto original: Study Suggests Misplaced Fears in Longer Childbirths
Traducción: L.C.C. Lizi Castillo

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