miércoles, 9 de octubre de 2013

El amor en los tiempos de los hijos

Tengo un grupo de mamás divino. Las conocí durante mi curso de preparación para el parto y, aunque durante el transcurso del mismo no me esforcé mucho por entablar amistad con ninguna de ellas, una vez que nuestros retoños nacieron creo que nos descubrimos como el perfecto refugio para compartir esta bella y abrumadora experiencia de ser mamás. 

Hace un par de días platicábamos sobre los planes de ya contemplar la posibilidad de tener un segundo bebé. Yo, en lo personal, no estoy ni cerca de querer embarazarme nuevamente. No es porque no me guste la idea pero aún no me siento preparada. Ser mamá es una experiencia que te transforma, que te hace enfrentarse a ti misma, a tus ideas, a tus sueños... si te dejas llevar y te permites fluir junto con tu bebé, renaces en todos los aspectos. Sin embargo, también es una experiencia que requiere un esfuerzo físico y emocional constante. Una vez que tienes hijos, ya no hay vuelta atrás, por mucho que quieras recuperar esa vida previa al embarazo donde podías ser dueña de tu tiempo, de tu espacio y de ti, no se puede, no por completo. 

Admiro a quienes logran de alguna forma encontrarse a si mismas y reencontrarse con sus parejas en tan poco tiempo, que pareciera que compaginar cada uno de los aspectos en su vida es pan comido (familia-trabajo-pareja) pero conmigo no fue así. Después de la cesárea y de la famosa cuarentena, yo esperaba ese momento mágico en el que un día me despertaría sabiendo exactamente qué hacer en todo momento, teniendo todo bajo control y recuperando mi vida para sobresalir en el mundo laboral, etc. y cuando eso no sucedió pensaba que yo estaba mal, que algo no estaba haciendo bien. Luego, leyendo, buscando respuestas, encontré que en realidad el puerperio no son cuarenta días sino dos años. 

Lo difícil de vivir en un mundo tan acostumbrado a las apariencias es que preferimos fingir la sonrisa en la foto que romper en llanto y pedir ayuda. Y aún cuando pides ayuda, cuando pides opiniones "sinceras", todas te cuentan lo maravilloso que es ser mamá, lo lindo que es tener una familia y hasta los momentos difíciles los tratan como si fueran un chiste... yo creo que a la larga también recordaré ciertas cosas de esta etapa con gran humor pero por muy amargada que suene, también espero recordar la friega que supusieron en su momento. 

No digo que esté mal echarse porras, algunas veces lo único que necesitamos es que nos digan que lo estamos haciendo bien. Pero hay otros temas de los que casi nadie habla como la relación de pareja después del bebé. A los pobres hombres les hacen creer que su mujer estará lista a los 40 días para recibirlos en la cama con fresas cubiertas con chocolate, una botella de vino y lencería sensual. Vamos, nunca olvidaré el capítulo de Dexter en el que su esposa, a un mes de haber tenido a 'baby Harry', le decía que quería una noche COMPLETA de ardiente y fogoso sexo... eran las tres de la mañana, traía yo a mi retoño pegado al chuchú, con ojeras que iban al infinito y más allá y una vena casi a punto de reventar del coraje por la escena (mi hijo no supo lo que era dormir una noche completa hasta después del año y aún hoy si está intranquilo se despierta). Es cierto, algunas mujeres nunca pierden la libido pero A TODAS (y la que diga que no, MIENTE) nos pasan factura el cansancio, el estrés y las hormonas... y ahí sí, una noche locamente placentera se reduce a poder dormir aunque sea una hora seguida en tu cama. 

En otra ocasión, una persona me recomendó aplicar el método Estivill con mi hijo para que durmiera toda la noche de corrido para "atender" a mi pareja para evitar que "otras" me lo bajaran. Ante tan elocuente comentario, decidí seguir disfrutando la cerveza que traía en la mano y hacer de cuenta que no existen mujeres con cerebros funcionando de esa manera tan cerca de mi. 

No digo que no tengamos que esforzarnos por cultivar nuestra relación pero conectarse con el otro va mucho más allá que simplemente actuar por miedo a que te pongan el cuerno. Hay muchas formas de demostrarle amor a tu pareja y el sexo es una de ellas pero no la única. Si realmente queremos mantener a nuestra pareja también tenemos que ser pacientes uno con el otro, si eres hombre entonces debes esforzarte  por entender que el momento que están viviendo JUNTOS (como familia, como pareja, como el equipo que son y que decidieron traer al mundo a un nuevo ser) implica que el cerebro de la mujer está diseñado para entregarse por completo al cuidado de su bebé y que en este proceso las demás necesidades fisiológicas pudieran no ser su prioridad por lo que es imprescindible respetar este tiempo, estar abiertos al diálogo, saber escucharse  y saber comunicarse sin hacer sentir al otro como si estuviera fallando. Si eres mujer, sé honesta, no hagas las cosas sólo por complacer sino porque lo deseas. Fingir no compensa y menos en algo tan íntimo que se supone ambos deben disfrutar por igual.

Hoy por hoy, después de dos años siento que estoy encontrándome nuevamente, por fin siento que tengo cierto equilibrio en mi vida y estoy disfrutándolo mucho. Esa es la razón principal por la que pensar en un segundo bebé no está dentro de mis planes ni ahora ni en un futuro cercano, más allá de factores económicos que también son un punto súmamente importante para tomar en cuenta (bien decía una amiga "donde comen tres, comen cuatro" pero "donde estudia uno, no estudian dos") la manera en que la maternidad llegó a mi vida y la manera en que mi cuerpo me pidió ser con mi bebé (y de lo que no me arrepiento en absoluto y lo volvería a hacer exactamente igual) me hace ver que necesito dedicar este tiempo para mi, para mi pareja, para la familia de tres que somos ahora antes de aventarnos nuevamente a la aventura. 



2 comentarios:

  1. Jajajaja Me encantó la entrada! Como me reí de la anecdota del metodo Estivill , aunque bueno, me ha pasado y en al momento no suele ser tan divertido.

    Me gustaria agregar que ademas todo va en función de la forma en como uno vaya viviendo cada etapa de nuestras vidas como personas, me explico: hay quien piensa que la etapa de la secu, o la prepa fue una etapa estupenda, llena de cosas nuevas, de amistades, de salidas, de un monton de cosas emocionantes y divertidas... pero por mucho que te haya gustado no hay forma de volver a ser como cuando tenias 15 o 18 años, vamos cambiando la forma de ver nuestro entorno y lo más logico y (saludable) es ir disfrutando de la etapa presente, creo que en la maternidad no podria ser de otra manera, la mujer que eres antes de ser mama y la que se convierte una despues de la maternidad no va a volver a ser la misma y esta bien, es como debe de ser, pero aun me cuesta entender porque la publicidad, los medios, la sociedad, nos presiona para querer volver a ser como eramos antes de... quizas porque produciamos mas dinero, consumiamos mas cosas, o que se yo... y ahi entramos en conflictos internos, dudas, etc y bueno todo lo que nos sucede durante ese puerperio grandotote ( de hecho empezando por la idea de que solo son 40 dias ya nos empezamos a presionar o dejar presionar) .
    Mi humilde opinion personal.

    Que tengas buen dia Liz!

    Elisa y compañia.

    pd: jaja para variar creo que cantinflee y desvarie, espero haber dejado la esencia de la idea.

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    1. Estoy completamente de acuerdo, creo que el mundo nos envía imágenes un poco equivocadas que nos hacen creer que "eso" es lo que se espera de nosotras después de ser mamás (regresar al trabajo sin sentimiento de culpa por dejar a tu bebé al cuidado de terceros, continuar la "luna de miel" con tu pareja y otros etcéteras). Por eso digo que admiro a quienes encuentran el equilibrio pronto y sin presiones pero no a todas nos pasa igual. ¡Muchas gracias por tu comentario, besos!

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