La lactancia materna en América está en aumento, y hoy más que nunca, cada vez más mujeres son el sostén económico de sus hogares. Pon estos dos factores juntos y tendrás a muchas mujeres por todo el país extrayéndose leche en el trabajo todos los días. En algún momento tendrás -o tienes- a estas mujeres como compañeras de trabajo y, cuando eso pase, tendrás que decidir qué tipo de compañero serás:
Foto: Trabajo, maternidad y yo |
El comentarista inapropiado: Esta persona se siente incómoda de saber que los senos producen leche (contrario a sus otras funciones), y enmascara esta molestia haciendo bromas ("¡Deja algo para el café!), ademanes ("ordeñando a la vaca" es el favorito), y preguntas ("¿Seguirás con eso hasta su universidad?"). No seas esta persona, al contrario, a menos que quieras terminar en una conversación aún más incómoda... esta vez, en el área de RRHH.
El "mejor ni me entero": Esta persona no se quejará ni tampoco molestará a una madre trabajadora. Él o ella preferirá no ser parte de. Perfectamente razonable -a menos que no te excedas en el "no quiero saber" al punto de querer nada más llamar la atención-
Lo mejor desde el pan en rebanadas: ¿Quieres ser un apoyo superior y que va más allá por una madre trabajadora? Este rol tiene tu nombre escrito por todos lados. No sé de ninguna mujer que haya sobrevivido a extraerse leche en el trabajo sin un par de estos compañeros, así que el resto de este artículo te llevará de la mano para llegar a ser una persona invaluable para una trabajadora en período de lactancia.
Foto: ¿Amamantar y Trabajar? Sí, puedes. |
Cuando una mujer en período de lactancia está alejada de su bebé, necesita sacarse leche por tres razones: 1) Sería doloroso si no lo hiciera; 2) Necesita mantener la demanda de leche para que su organismo pueda seguir produciéndola; 3) Necesita producir un lunes la leche que tomará el bebé en jueves, y así sucesivamente. La mayoría de las madres trabajadoras utilizan un extractor de leche para lograr este objetivo. Es un aparato de aspecto medieval que la mujer se pega al pecho y trabaja entre 15-30 minutos para depositar la leche en un contenedor, de dos a tres veces al día. La leche va a un refrigerador o congelador y el extractor se lava para la siguiente vez que se use.
2. Pregunta cómo puedes ayudar
¿No sabes cómo empezar? Intenta diciendo esto: "Esto es un tema incómodo, así que siéntete libre de decirme que no quieres hablarlo. Pero quiero que sepas que puedes contar conmigo como aliad@". Haciéndole saber que la apoyas ya es ganancia.
3. Averigua cuándo necesite retirarse
Las reuniones se prolongan, y la sangre de una mujer que amamanta se enfría porque sabe que no podrá hacerlo (sobre todo en los primeros meses un retraso puede ser doloroso... y no hablemos de que empiece a gotear leche). Si ves pánico en su mirada, haz todo lo que necesites para sacarla de ahí. "Vendría bien un descanso de 15 minutos", haz el anuncio y en un segundo serás el héroe.
4. Coloca snacks en tu escritorio
Foto: Semana Mundial de la Lactancia Materna |
Producir leche materna requiere 500 calorías al día (NO utilices esta información para preguntar por qué no ha terminado de perder todo el peso ganado en el embarazo). Serás lo máximo si tienes una barra de granola a la mano.
5. Ofrece tu oficina
Si tu jefe no dispone un espacio de lactancia, la madre estará ocupando baños, clósets, carros y salas de juntas -circunstancia difícil que consume más tiempo-. si tienes una oficina con puerta, dale las llaves para que la use mientras estás en alguna reunión o en el almuerzo.
6. Calla a los habladores
En ocasiones una madre trabajadora no podrá ganar estas batallas. Puede que esté en una posición de menor poder, puede que se sienta realmente incómoda para responder o tal vez esté muy ocupada.
7. Asume que sigue siendo excelente en su trabajo, a menos que repetidamente demuestre lo contrario
Se necesita de un par de semanas para que los nuevos papás encuentren el ritmo, pero la vasta mayoría se esfuerzan muchísimo para ser buenos en ambos trabajos. Así que, asume que lo hará bien, y busca las razones que lo confirmen en lugar de centrarte de lo que pase en un mal día.
Seamos claros: No necesitas ser el mejor amigo del mundo de una madre en período de lactancia pero si así lo quieres, los siete pasos anteriores te ayudarán a llegar a ese punto. Y, por último, si te encuentras tentado en hacer esos ademanes de ordeñar a la vaca, sólo mete tus manos en tus bolsillos, aléjate y toma eso como tu buena acción del día.
Texto original: 7 Ways to Support a Breastfeeding Co-worker
Traducción: LCC Lizi Castillo Miranda
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